Portada de un documental titulado "El Infierno de Sinaloa" que trata sobre la guerra entre "Los Chapitos" y "La Mayiza", con imágenes de varias personas y un fondo con la bandera de México.
SOCIEDAD

Guerra interna en el Cártel de Sinaloa desata una ola de violencia extrema

Los Chapitos y Los Mayos desatan una ola de violencia sin precedentes en Sinaloa

Sinaloa, México, 17 de febrero de 2025. El Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo, enfrenta una lucha interna feroz. Sus dos principales facciones, Los Chapitos, liderados por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y Los Mayos, bajo el mando de Ismael "El Mayo" Zambada, han entrado en una guerra total por el control del cártel.

Desde septiembre de 2024, la violencia se ha desbordado en Sinaloa y otros estados, dejando más de 800 muertos y cientos de desaparecidos. Enfrentamientos armados han convertido a Culiacán, Mazatlán y comunidades rurales en auténticos campos de batalla, con bloqueos, ataques coordinados y ejecuciones masivas.

Una guerra sin tregua por el poder absoluto

El conflicto se intensificó tras la extradición de Ovidio Guzmán López en enero de 2023. Con su líder fuera de escena, Los Chapitos intentaron consolidar su dominio, pero se encontraron con la resistencia de Los Mayos, quienes mantienen una estructura más discreta y tradicional.

Los Chapitos han apostado por el fentanilo, altamente rentable en EE.UU., mientras que Los Mayos controlan el tráfico de cocaína y marihuana, con fuertes alianzas en Sudamérica. La disputa ha escalado hasta niveles sin precedentes, generando una crisis de seguridad incontrolable.

Culiacán y Mazatlán, ciudades bajo asedio

Desde finales de 2024, la violencia ha paralizado Sinaloa. La población ha quedado atrapada en un conflicto que incluye:

  • Balaceras en zonas comerciales y turísticas.
  • Bloqueos carreteros con vehículos incendiados para frenar operativos militares.
  • Asesinatos de policías, periodistas y funcionarios que documentan la violencia.

Las redes sociales están inundadas de videos donde sicarios exhiben arsenales de guerra, drones con explosivos y convoyes de blindados. La inseguridad ha generado un éxodo masivo de familias que huyen del estado.

El gobierno reacciona tarde y sin resultados

El gobierno federal desplegó miles de elementos de la Guardia Nacional y el Ejército, pero su impacto ha sido mínimo. Las fuerzas de seguridad han sido emboscadas y superadas por la capacidad operativa del crimen organizado.

La presidente Claudia Sheinbaum ha insistido en que “no se negociará con criminales”, pero los hechos muestran lo contrario. Su estrategia de seguridad sigue la misma línea de su predecesor, con una política de contención en lugar de combate frontal.

Analistas advierten que el conflicto podría expandirse a Sonora, Baja California y Durango, donde el Cártel de Sinaloa también tiene fuerte presencia.

El costo humano: la población en el fuego cruzado

Mientras los cárteles luchan por el control del narcotráfico, la ciudadanía paga las consecuencias. Negocios cerrados, escuelas sin clases y una economía paralizada reflejan el impacto del crimen organizado.

“Ya no podemos salir a la calle sin miedo. Las balaceras pueden empezar en cualquier momento y nadie nos protege.” - Comerciante de Culiacán.

El gobierno insiste en que la situación está bajo control, pero la realidad en Sinaloa muestra lo contrario. La violencia sigue creciendo y el Estado parece incapaz de recuperar el control.

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