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Vergüenza: Penadés y Mauvezín a domiciliaria
La casta judicial al servicio de la política.
En una decisión que ha generado controversia, la jueza Marcela Vargas ha otorgado prisión domiciliaria al exsenador Gustavo Penadés y al profesor Sebastián Mauvezín, ambos acusados de delitos sexuales contra menores. La medida incluye el uso de tobilleras electrónicas para monitorear su ubicación, pero ha desatado un debate sobre la efectividad y la equidad del sistema judicial uruguayo.
Penadés, quien perdió su escaño en el Senado tras la revelación de las acusaciones en su contra, había estado en prisión preventiva desde octubre de 2023. La jueza consideró que, debido al paso del tiempo y a la pérdida de influencia política, no representa actualmente un riesgo de fuga o de interferir en el proceso judicial.
Los cargos contra Penadés son graves, incluyendo 11 delitos de retribución a la explotación sexual de menores, entre otros. Mauvezín, por su parte, se le imputa complicidad en estos hechos. La Fiscalía y los representantes de las víctimas han apelado la decisión, considerándola demasiado indulgente para la magnitud de los delitos.
La medida ha levantado interrogantes sobre la protección de las víctimas y si la justicia está priorizando la seguridad pública frente a la influencia de figuras con poder o ex poder. Esta decisión podría ser vista como un indicio de que la posición social o política puede atenuar las consecuencias legales de crímenes severos.
Esta situación ha expuesto además una trama de corrupción involucrando a policías y funcionarios en un intento por exculpar a Penadés, lo que pone en duda la integridad del sistema judicial y su compromiso con la lucha contra la explotación y el abuso sexual de menores.
El caso, ahora en manos del Tribunal de Apelaciones, será un termómetro para medir no solo la justicia en Uruguay, sino también la percepción pública sobre cómo se trata a los poderosos versus la protección de los más vulnerables.
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