Jesús Ricardo Patrón Sánchez, alias 'H-3', fue capturado en México en febrero de 2019 y, tras permanecer en custodia por casi seis años, finalmente fue extraditado a Estados Unidos el 21 de febrero de 2025. Su arresto y posterior entrega forman parte de los acuerdos bilaterales entre ambos países para el combate contra el crimen organizado.

El Cártel H-2 operaba enviando heroína, cocaína, metanfetamina y fentanilo a EE.UU. Se presume que 'H-3' dirigía estas operaciones con una red de distribución que alcanzaba varias ciudades estadounidenses, lo que generó la atención de la DEA y otras agencias de seguridad.

Desde su captura, informes de inteligencia han señalado que la estructura del Cártel H-2 podría estar en proceso de reorganización. Existen reportes de que nuevos líderes han surgido para ocupar el espacio dejado por Patrón Sánchez, lo que podría significar un reajuste en el equilibrio del crimen organizado en México.

¿Cómo operaba el Cártel H-2?

El Cártel H-2 se formó tras la fragmentación del grupo de los Beltrán Leyva y se consolidó como una de las facciones más violentas en México.

Según investigaciones, el Cártel H-2 tenía conexiones con productores de drogas en Sudamérica y traficantes en EE.UU., lo que le permitía mover grandes cantidades de sustancias ilícitas sin ser detectado. Utilizaban rutas marítimas y terrestres para ingresar drogas a EE.UU., principalmente a través de Tijuana y Nuevo Laredo.

Además del tráfico de drogas, el Cártel H-2 se dedicaba a la extorsión, secuestro y robo de combustible, lo que les proporcionaba múltiples fuentes de ingresos. Se estima que bajo la dirección de 'H-3', la organización llegó a manejar millones de dólares mensuales.

Los cargos en su contra

La Corte Federal de Brooklyn presentó una serie de acusaciones formales en contra de 'H-3', entre ellas:

• Conspiración para traficar drogas a gran escala hacia Estados Unidos.
• Lavado de dinero a través de empresas y transferencias internacionales.
• Uso de armas de fuego para proteger sus operaciones ilícitas y eliminar rivales.
• Corrupción de funcionarios para garantizar la seguridad de su organización y evitar capturas.
• Asociación con grupos criminales internacionales para facilitar el tráfico de drogas y armas.

Las autoridades estadounidenses también lo acusan de haber coordinado el envío de más de 10 toneladas de drogas en los últimos cinco años, utilizando métodos sofisticados para ocultar los cargamentos.

Además, su estructura financiera incluía empresas fachada en México y EE.UU., utilizadas para lavar millones de dólares provenientes del narcotráfico. Se han identificado inversiones en bienes raíces, transporte y la industria del entretenimiento.

Conexiones y expansión del Cártel H-2

El Cártel H-2 mantenía alianzas estratégicas con organizaciones en Centroamérica y Sudamérica, incluyendo cárteles colombianos y pandillas en El Salvador y Honduras.

En los últimos años, la DEA identificó un aumento en el uso de tecnología por parte del Cártel H-2, incluyendo la utilización de criptomonedas para mover dinero sin ser detectados y el uso de drones para transportar drogas a través de la frontera con EE.UU.