Los puertos del Canal de Panamá vuelven a estar bajo control estadounidense

En una reciente victoria para el presidente Donald Trump y su enfoque "America First", los puertos clave del Canal de Panamá han sido vendidos a BlackRock, una destacada firma estadounidense de gestión de inversiones.

Esta transacción, que ocurrió poco después de que Trump sugiriera la posibilidad de recuperar el control del Canal de Panamá por la fuerza, representa un avance significativo para sus esfuerzos por aumentar la presencia de Estados Unidos en áreas estratégicas.

La venta fue realizada por CK Hutchison Holdings Ltd., un conglomerado con sede en Hong Kong, que vendió el control de sus unidades operativas de puertos, incluidos los puertos de Balboa y Cristóbal, en Panamá.

El acuerdo, que fue respaldado por un consorcio formado por BlackRock, Global Infrastructure Partners y Terminal Investment Ltd., otorga a estas entidades el 80% de Hutchison Ports, el grupo que opera 43 puertos en 23 países.

Entre las transacciones más significativas, se encuentra la venta del 90% de Panama Ports Co., que maneja los puertos de Balboa y Cristóbal, en Panamá, a este consorcio. A cambio, CK Hutchison recibirá USD 19 mil millones por la venta.

Esta transacción se produce poco después de que Trump declarara que Estados Unidos debería retomar el control del Canal de Panamá, que considera de interés estratégico dado el papel crucial que juega en el comercio global.

El presidente Trump ha sido un crítico de la peligrosa influencia de China sobre el Canal de Panamá, particularmente a través de la gestión de los puertos por parte de Hutchison Ports, una empresa que tiene vínculos con Hong Kong, cuya influencia ha aumentado bajo el control de Beijing.

En un contexto de creciente rivalidad con China, Trump ha argumentado que los puertos en el Canal de Panamá podrían ser utilizados por China para monitorear o incluso bloquear el paso de barcos estadounidenses, lo que representaría una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.

Esta preocupación fue expresada por el senador republicano Ted Cruz, quien afirmó que los puertos representan un "riesgo agudo" para la seguridad de los Estados Unidos debido a la presencia de China.

En febrero, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, visitó Panamá y advirtió al presidente panameño José Raúl Mulino sobre las posibles medidas a tomar si Panamá no tomaba medidas para disminuir la presencia china en la zona.

Como resultado de esta presión, Panamá decidió abandonar la iniciativa "Belt and Road" de China, lo que provocó una condena por parte del gobierno chino.

La venta de los puertos de Panamá al consorcio estadounidense liderado por BlackRock podría verse como un movimiento para asegurar que el control de estas infraestructuras estratégicas quede bajo influencia estadounidense, como parte de los esfuerzos de Trump para proteger los intereses de su país.

Aunque el acuerdo también se ha interpretado como una victoria económica para las empresas involucradas, se ha relacionado estrechamente con la política exterior de Trump y su enfoque en asegurar que Estados Unidos recupere el control de áreas clave de comercio e infraestructura global.

Además de este avance, Trump ha logrado otros éxitos importantes en su agenda económica. Entre estos, destacan los compromisos de Apple y un consorcio liderado por Softbank para invertir USD 600 mil millones en la formación de trabajadores estadounidenses en inteligencia artificial, y el anuncio de Honda de producir los próximos modelos de su Civic en Indiana en lugar de en México.

Sin embargo, la victoria de Trump con la venta de los puertos del Canal de Panamá no fue la única noticia del día. En la misma jornada, entraron en vigor los aranceles que Trump había prometido para las importaciones de México y Canadá, lo que provocó un mensaje en su red social Truth Social, donde instó a las empresas a fabricar sus productos en Estados Unidos para evitar los aranceles.

De esta forma, el presidente reafirmó su postura de promover la política de "América Primero", buscando promover la manufactura nacional y proteger la economía estadounidense.