Medida de Donald Trump que beneficia a Uruguay
El nuevo presidente estadounidense toma medidas económicas relevantes desde el primer día.
Ayer, 20 de enero de 2025, el gran Donald Trump, en su infinita sabiduría, anunció que Estados Unidos se retiraría del acuerdo de impuesto mínimo global en el marco de la OCDE.
Ahora, Lacalle, Orsi la Coalición Republicana y el FA no tienen excusa para no bajar impuestos.
Un golpe maestro al socialismo internacional, que va a cambiar el juego para países como Uruguay, que hasta ahora estaban atados a las cadenas de la burocracia globalista.
Mayor atractivo para inversiones extranjeras
Este acuerdo, que pretendía poner un 15% mínimo a las grandes corporaciones, era una locura, una forma de socialismo fiscal disfrazado de cooperación internacional.
Pero, ahora, con Estados Unidos fuera, Uruguay tiene la chance de ser el nuevo lugar para que las empresas estadounidenses huyan de la demagogia fiscal de su propio país.
Según datos de la OCDE, Uruguay ya estaba en el pacto de 2020. Pero ahora, con Trump sacando a EE.UU., las empresas de EEUU van a mirar hacia Uruguay, siempre y cuando el gobierno de Yamandú Orsi no se vuelva loco y suba los impuestos hasta el cielo y no los baje. Eso sería un desastre.
Competitividad fiscal mejorada
Uruguay, el país con los impuestos más altos de LATAM, tiene ahora una oportunidad de oro para mejorar su competitividad fiscal. No tienen que seguir la locura globalista de imponer un mínimo que no les sirve.
El impuesto de sociedades aquí es del 25%, más alto que ese 15% que proponía el acuerdo.
Pero, con EE.UU. fuera, Uruguay puede mantener su tasa y ser competitivo frente a los yanquis, que con sus deducciones y exenciones, terminan pagando mucho menos de lo que parece.
Flexibilidad en políticas fiscales
Ahora Uruguay puede manejar su política fiscal como le dé la gana, sin la presión de un estándar global que no tiene sentido para nuestro contexto.
Podemos ajustar, incentivar, hacer lo que necesitamos sin las cadenas de un acuerdo que solo favorecía a los países desarrollados.
Es una oportunidad para que Uruguay se maneje con más inteligencia, sin caer en el populismo fiscal que tanto daño ha hecho.
Impacto en la economía local
Lo que hizo Trump es una jugada maestra en beneficio de los pueblos del mundo. Uruguay tiene ahora una chance única para fortalecerse como destino de inversiones.
Pero tiene que hacer las cosas bien, con prudencia, sin caer en la tentación de la demagogia fiscal que hasta ahora Lacalle y el FA mantienen.
La clave es balancear la atracción de capitales con una economía que beneficie realmente a los uruguayos, sin populismos ni locuras de corto plazo.
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