Arrancó el crawling peg al 1%: qué impacto va a tener en la economía del país
Este nuevo esquema devaluatorio podría interpretarse como el inicio del fin del cepo cambiario.
Con el objetivo de consolidar la desaceleración inflacionaria, el Banco Central implementó desde enero una reducción del ritmo de devaluación mensual del dólar oficial al 1%, lo que supone un cambio significativo en la política cambiaria. Esta medida, que busca contener los precios y dar previsibilidad al mercado, genera tanto oportunidades como desafíos en el corto y mediano plazo.
Desde la asunción del gobierno de Javier Milei, y tras la devaluación de diciembre de 2023, el Banco Central había establecido un crawling peg del 2% mensual. No obstante, con una inflación que aún no perfora el 2% mensual, el Ejecutivo consideró que esta estrategia se estaba convirtiendo más en un factor inercial que en un ancla efectiva para los precios.
Este nuevo esquema devaluatorio podría interpretarse como el inicio del fin del cepo cambiario, aunque todavía no hay una fecha concreta para su levantamiento. En este contexto, los efectos de la reducción del ritmo de depreciación pueden dividirse en cinco grandes impactos:
Inflación: una estrategia para la desaceleración
Uno de los efectos más inmediatos de la medida es la posible continuidad en la desaceleración inflacionaria. Al reducirse el ritmo devaluatorio, los bienes transables –que siguen de cerca la evolución del tipo de cambio oficial– crecerán a menor velocidad, funcionando como ancla para el resto de los precios.
Este impacto podría ser clave para alcanzar la meta de inflación proyectada por el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que estima una suba de precios del 1,8% mensual en junio.
Apreciación cambiaria: el peso se sigue fortaleciendo
El segundo efecto es la profundización de la apreciación del tipo de cambio real. Según GMA Capital, con el nuevo esquema y si la inflación se mantiene en los niveles esperados, el peso podría apreciarse un 2,8% adicional para mitad de año.
En 2023, el peso ya había sido la moneda que más se revalorizó en el mundo, con una apreciación real del 44,2%. Este fenómeno brinda estabilidad a los mercados financieros, pero plantea desafíos en otros frentes.
Pérdida de competitividad: impacto en el comercio exterior
La principal desventaja de la apreciación cambiaria es la pérdida de competitividad para las exportaciones. De acuerdo con la Bolsa de Comercio de Rosario, el tipo de cambio real con Brasil se ubicó a fines de 2024 en mínimos de los últimos nueve años, lo que afecta la posición de Argentina como proveedor del país vecino.
Este problema también fue identificado por Morgan Stanley, que advirtió que la fortaleza del peso reducirá el superávit comercial y aumentará el déficit de cuenta corriente.
Cuenta corriente: riesgos de un déficit sostenido
El impacto sobre la balanza de pagos es otra de las preocupaciones derivadas de la política cambiaria. Según un informe del Banco Mariva, la apreciación del peso podría generar presiones adicionales sobre la cuenta corriente, que ya acumula siete meses consecutivos de déficit.
Hasta ahora, este desequilibrio ha sido compensado por los ingresos de la amnistía fiscal, que han permitido al Banco Central acumular más de USD 1.000 millones en reservas. Sin embargo, si este flujo se revierte, la situación podría volverse más frágil.
Negociaciones con el FMI: el principal obstáculo
El último efecto de la medida tiene que ver con las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El gobierno de Milei busca que el nuevo acuerdo con el organismo contemple desembolsos rápidos que permitan avanzar en la eliminación del cepo.
El problema es que el FMI tiene serias dudas sobre la estrategia cambiaria actual. Según Alejandro Werner, exdirector del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, el único punto de desacuerdo entre Argentina y el organismo es precisamente la política de tipo de cambio y la estrategia para levantar los controles.
Por su parte, el Bank of America proyectó que el gobierno mantendrá un esquema de control cambiario hasta las elecciones, acelerando luego la devaluación y unificando el tipo de cambio en $1.400 en diciembre.
La decisión del Banco Central de reducir la tasa de devaluación al 1% mensual es un paso clave en la estrategia de estabilización económica del gobierno. Si bien podría ayudar a reducir la inflación y brindar previsibilidad, también genera riesgos en términos de competitividad, déficit comercial y negociaciones con el FMI.
El desafío en los próximos meses será lograr un equilibrio entre la estabilidad cambiaria y la sostenibilidad macroeconómica, mientras el país se prepara para una eventual salida del cepo.
Más noticias: