
Inundaciones en Bolivia: se registraron al menos 30 fallecidos
La inacción del gobierno de Arce y las alcaldías agravaron la crisis.
Las recientes inundaciones en Bolivia han dejado un saldo trágico de 30 personas fallecidas, cinco desaparecidas y más de 126.000 familias afectadas, según informó el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes.
Esta situación es un reflejo de la incompetencia del gobierno central y de las alcaldías, que han fallado sistemáticamente en la prevención de desastres naturales.
A pesar de que las inundaciones y sequías son fenómenos recurrentes en el país, las autoridades continúan actuando de manera improvisada y reactiva en lugar de implementar políticas sostenibles y de largo plazo.

Una respuesta tardía e insuficiente: el reflejo de un Estado fallido
Aunque el gobierno ha destinado más de Bs1,2 millones en ayuda humanitaria y ha movilizado a 2.845 efectivos en operaciones de rescate, estas acciones son insuficientes frente a la magnitud de la tragedia.
Se trata de medidas tardías que solo buscan apaciguar la indignación popular sin abordar el problema de raíz. El Estado boliviano, bajo el liderazgo de Arce y el MAS, se ha convertido en una máquina de improvisación, reaccionando ante las crisis con parches temporales en lugar de prevenirlas con una visión de futuro.
La falta de coordinación entre el gobierno central y las alcaldías solo agrava la crisis, dejando a miles de bolivianos desprotegidos y sin respuestas concretas
La crisis energética: Bolivia se encamina a una dependencia del gas extranjero
La matriz energética boliviana depende en gran medida del gas natural. Sin embargo, estudios recientes advierten que, de no implementarse medidas estructurales urgentes, Bolivia podría convertirse en importador de gas para 2030. La consultora Wood Mackenzie estima que la producción de gas natural en Bolivia disminuirá de 39 millones de metros cúbicos diarios en 2022 a tan solo 11 millones en 2030.
Esta caída representaría un colapso en el suministro energético del país, lo que provocaría mayores costos para los ciudadanos, afectaría la industria y pondría en riesgo la estabilidad económica. Bolivia ha vivido por décadas con la ilusión de que el gas natural es una fuente inagotable de ingresos y desarrollo. Sin embargo, la falta de inversión en exploración y explotación de nuevos yacimientos ha dejado al país en una posición crítica.
A medida que las reservas se agotan, el Estado ha optado por seguir dependiendo de la exportación de gas sin generar alternativas viables para la autosuficiencia energética.
Si Bolivia no diversifica su matriz energética, se verá obligada a importar gas a precios elevados, lo que impactará directamente en el costo de la electricidad, el transporte y la producción industrial. La crisis del gas es inminente, y si el gobierno no toma medidas urgentes, el país sufrirá una crisis económica sin precedentes.
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